domingo, 20 de abril de 2008

CQC y los comentaristas deportivos

Siempre he sido fan de Caiga Quien Caiga, y no solo del original. Su versión española también me gusta salvando las distancias. Primero quiero aclarar lo de las distancias. El CQC argentino es la leche. Son unos pedazo de bestias que se ríen de todo, no respetan nada y usan su ingenio para demoler al que tienen delante, de ahí el título del programa. Por allí ha pasado muchísima gente, algunos reporteros hace años que tienen su propio programa. Han creado escuela, han hecho historia y han traspasado su sabiduría al mundo haciendo del reportaje callejero un género nuevo. Todos han bebido de ellos y los que no lo saben hacer bien son un coñazo y no voy a señalar pero todos sabemos distinguirlos.

El presentador argentino se llama Mario Pergolini, es un tipo guapo, listo y encantador. A mí me enamoró su voz en los programas de radio para la cadena Rock & Pop (oh chicos, la radio argentina es otro mundo... pero este es un blog de televisión). Mario Pergolini ahora es noticia porque se pasó con unas declaraciones en contra de su antagonista Marcelo Tinelli, creador de sketchs como el que les puse aquí el otro día (el de la entrevista en la calle). Entre los dos hay una guerra mediática de las que hacen historia. Se detestan. Pergolini es cool y Tinelli hortera. No casan y su guerra ya ha sobrepasado las fronteras porque lo que pasó se puede leer hasta en la prensa española. Sé que es indefendible, pero yo me quedo con Pergolini porque ha demostrado siempre ser un tío íntegro, lo que pasa es que el odio provoca que uno hable sin pensar en lo que dice, en cómo lo dice y en a quién daña. Un error que espero sepa solucionar.

Volviendo al tema de CQC y a su versión española, yo siempre preferí la era de Fuentes a la de Wyoming. No tanto por Fuentes, sino por el resto de colaboradores. Me encantaban Juanra y Arturo Valls y los últimos reporteros (Castelo, Eugeni, Gonzo) eran fabulosos. No hay nada más difícil que improvisar (Sí, Sr. B ya sé que van con guión, y que sin la ayuda de un gran director no son nada, pero no me diga que no improvisan!) y encima hacer humor.

La época de Wyoming estuvo bien, pero todos eran un poco comedidos. Les faltaba mala leche. A ver, CQC España en sus dos versiones nunca tuvo la suficiente mala leche. También es verdad que no es lo mismo hablar con un político serio que con uno corrupto, ambos países son la noche y el día, pero no hubiera venido mal meterse un poco más con todo el mundo y sacarles los colores a algunos. Pero en España se vive muy bien y tampoco estamos como para quejarnos tanto.

Ahora La sexta le ha birlado el programa a Telecinco y atención. Lo va a presentar esta mujer:


¿Me lo explican? Porque no lo entiendo. ¿Qué pasa que en La sexta se van rotando?. Esa mujer está hasta en la sopa. Que si el informativo, el programa de deportes ¡No puede presentar Caiga quien caiga!. Cristina Villanueva personifica la candidez. Su presencia en el programa es antinatural.

Y esto me sirve para unirlo con otro tema aún más delicado. El tema de la gente que habla de deportes en televisión. Porque esta chica presenta también No me digas que no te gusta el fútbol, programa en el que cada uno de sus presentadores, de sus invitados y sus reporteros creen estar haciendo una comedia de situación. Recuerdo la época de El día después, en aquel momento nos divertíamos, pero qué daño han hecho a la televisión. ¿Quién les ha dicho a los que hablan de deportes que son graciosos? ¿por qué llegan allí con una sonrisa en la cara y adornan las noticias con chistes? ¿Y por qué el presentador del telediario les ríe las gracias?

Yo no es que vea deportes, no estoy loca, pero antes de Fama tengo que ver los deportes en Cuatro. Por desgracia. Y ahí es cuando yo me enciendo. Porque veo al hombre que más odio de la televisión. Manu Carreño es para mí como una pesadilla. Yo es que lo veo y me pongo negra. Todo empezó en Lo más plus. No le entendía lo que hablaba, primero porque habla rápido, segundo porque nadie puede expresarse bien con una sonrisa constante en su cara y tercero porque esa sonrisa constante me hace pensar que ese hombre es completamente feliz y a mí eso me pone histérica. El otro día lo vi en el Centro Comercial Moraleja Green con su niño pequeño y estuve a punto de tirarle una barra de pan a la cabeza pero mi novio me lo impidió (Sí, yo es que cuando voy al super voy a La moraleja ¿qué se creían?). Cuando a mí no me gusta alguien de la tele normalmente lo repito hasta el cansancio. Pues yo creo que el nombre de Manu Carreño es el que más veces he nombrado en mi vida a este respecto.

La Cristina esta me cae mejor que Manu pero igualmente la odio. Porque presenta los deportes, se ríe demasiado y tiene cara de buena, y a mí tanta alegría me agota.