jueves, 25 de septiembre de 2008

Plutón verbenero

Ayer mismo llegué de Londres, les debo una crónica. Pero creo que en este momento estarán todos deseosos de criticar la nueva serie de Álex de la Iglesia que anoche vieron 900.000 personas en La2 (un 5.8% de share).

Les cuento que me esperaba mucho y cuando pasa esto, la caída es más dolorosa. La serie no me gustó, pero eso no significa que no esté ahí dentro de una semana. La veré porque la propuesta me parece muy atractiva, porque tiene materia prima y porque debo creer en Álex de la Iglesia.

Lo mejor del piloto fue Carlos Areces y Enrique Villén. El primero porque sí, porque cuando habla todo se vuelve gracioso, y el segundo porque además de ser grande, tiene a sus espaldas un personaje estupendo.



De lo demás no tengo muchas cosas buenas que decir. Y miren que lo siento. Me parece que los personajes podían estar mucho mejor escritos. La pareja de graciosetes es intercambiable, no sé diferenciarlos aún. Las escenas no están bien terminadas, la mayoría duran una eternidad. La serie podía haber durado 20 minutos. No soporto la planificación tan cinematográfica ¿por qué complicarlo tanto? Una sitcom debe ser sencilla. Esto no es Sexo en NY, no necesitamos exteriores. Es sólo un set. Aquí más que nunca la serie pedía a gritos una planificación teatral. Incluso hay cambios de plano en la videoconferencia de la esposa con el capitán. Esto es ridículo. Por esta planificación muchas actuaciones están flojitas. Los diálogos parecían que no tenían continuidad, algunas frases en el primer plano estaban con una intención, en el general con otra...

Pero lo peor de la serie es la presencia de esa chica rubia que hace de androide. No lo entiendo. Es mala actriz. Entendería la presencia de una Pilar Rubio por ejemplo. Es malísima, como reportera, como actriz... Pero está buenísima. Ésta sin embargo, tampoco es que sea un bellezón. Miren el poster, encima está ahí en medio. Ya no hay posibilidades de cambiarla. No puedo entenderlo.