miércoles, 10 de diciembre de 2008

Series teen

Se podría pensar que a mí las series teen no me gustan porque ya tengo una edad. Pues no, se equivocan de cabo a rabo porque yo soy teen adicta de toda la vida. Es verdad que me he tragado todas las temporadas de Dawson crece hace ya muchos años, pero también lo hice con Verónica Mars hace bien poco. No me perdí Felicity, Freaks and Geeks, y ahora por supuesto no puedo vivir sin mi dosis de Gossip girl. Incluso fui fan de Rebelde way, que ya es decir.

Este lunes Física o química tuvo un 22 % de share superando por primera vez en la historia a CSI. Claro, moría un alumno. Moría un protagonista. El que abrió la serie, el de la polémica, el que se acostaba con la profesora. Y leo por ahí titulares que dicen "Cientos de miles de jóvenes no han querido perderse el desenlace de Física o química". No, no me vengan con estupideces. Los fans de la serie, los jóvenes que no se la han perdido nunca, iban a estar ahí. El incremento fue por otra cosa. Los que jamás habíamos visto la serie la pusimos porque queríamos comprobar con nuestros propios ojos que en España los protagonistas de las series son aniquilados con la tranquilidad con la que se cancela un programa de baja audiencia. Lo han hecho con todas. Belén Rueda, Ana Fernández, Hugo Silva, El Duque, quizás Aída... Ya me cuesta entender que el actor pretenda dejar la serie y que lo dejen escapar con esa facilidad, pero lo que no entiendo es cómo pueden decidir matar a un prota de Física o químimca porque sí, porque su personaje ya no daba más de sí.


En todas las series que he puesto en el primer párrafo, que desparezca un prota es impensable. Todas las parejas han tenido una química brutal y en eso consiste todo. La gente sigue la serie teen porque desea que la chica y el chico estén juntos por fin. En Verónica Mars el prota despareció sí, pero no lo era realmente. El chico era Logan y estuvo ahí hasta el final.

Y esta química nace en el guión, no en el casting. Si vas a hacer que una profesora se enamore de un alumno, por dios, ese alumno debería darnos algo, algo que nos enamore incluso a nosotros, y no solo un espectacular torso desnudo. Este chico no tenía nada interesante, solo se movía de aquí para allá. Bueno, es lo que hacen todos, algunos también fuman porros y discuten, poco más.

Se puede hacer lo mismo pero con personajes interesantes. En Dawson se pegaban medio capítulo indagando sobre lo divino y lo humano, un coñazo total que en realidad nos daba igual, porque allí estaban Dawson y Joey y ella lo miraba con esa carita de enamorada y no podíamos perdernos un solo capítulo por si acaso llegaba el beso. Las series teen deben ser cuentos de hadas. Siempre.



El capítulo final de Física o química, que puede verse ahora mismo en la web de Antena3, consiste en gente que queda para un entierro. "Lo siento hoy no puedo ir, un chaval del instituto ha muerto y tengo que ir al entierro". Hay personajes que dicen cosas como "Me iba a ir a cambiar para el entierro, pero sí, dime, tengo unos minutos". Ya es raro que digamos esas cosas en la vida real, pero en las series de verdad ¿Quién dice eso? No me imagino ni a Blair Waldorf soltando algo así.

No sé como son los jóvenes reales, me importa un bledo. Pero los jóvenes de las series teen deberían hablar como gente lista, ingeniosa, inteligente. Y por dios, ya está bien de que todo el mundo en las series españolas se muera o tenga un tumor cerebral (pequeño, enquistado y operable). No por dios, no. Dejemos de hacer televisión para gilipollas. Y hay una cosa muy importante, aunque los adolescentes sean un coñazo en la vida real, en televisión deben ser divertidos. Vale, Dawson no lo era, pero para eso estaba Peacey.

Gossip girl no es real, empezando porque Blake Lively no tiene 16 años. Pero FOQ tampoco. La cosa es que no necesitamos ver a gente real. No es divertido ver a quinceañeros en el metro chillando y oyendo chunda chunda por los altavoces de su móvil. Hay que perfeccionarlos y volverlos completamente irreales para que nos devuelvan la verdad. Para que nos hablen de cosas que podamos entender, de cosas que todos hemos sentido cuando éramos jóvenes, cosas como la diferencia, la identidad, el amor, el desengaño, el miedo, la pérdida de la inocencia. Cosas universales que se repiten en Neptune, en el Upper East Side y en el Instituto Mckinley. A los 15 años yo odiaba a mi profesora de gimnasia porque me obligaba a jugar al baloncesto. Jennie Humphrey odia a su padre porque no la deja crear su propia línea de ropa. No hay color.



El capítulo final de FOQ lo deja todo claro, si has matado a tu prota es porque tu base no era sólida, a partir de eso, la serie pierde toda credibilidad. Me gustaría saber qué van a hacer con el personaje de Cábano, que es el culpable de la muerte del chaval. Porque no solo se cargan a un crío, aquí los buenos mañana son malos y todos tan tranquilos.

Les dejo aquí una comparativa de las dos series, es fantástica.

Por cierto HKM perdió 400.000 personas de un día para el otro. Qué pérdida de dinero, y lo peor, cuanta gente ilusionada. Es una pena que no gasten tanto esfuerzo en crear biblias a prueba de bombas en vez de tanta promoción que se queda en nada.