sábado, 29 de noviembre de 2008

Entidad

El frío polar me tiene las anginas enloquecidas. Esta es la segunda vez que tomo antibióticos en un mes. Suerte que me dan esos que duran 3 días, que parece que ahora están de moda. Son sólo 3 pastillas, una cada 24 hs. Y la verdad que es comodísimo, pero las cosas como son, no es normal que 3 pastillas hagan lo mismo que 24. No es que me vuelvan las bacterias, es que nunca llegan a irse del todo. Y por eso, hoy nos hemos pasado la tarde viendo series y como yo estaba así como pocha y sin ganas de pensar mucho dije, vamos a ver algo que ya sepa de qué va, pon por ejemplo Life on mars, versión USA. Y así a lo tonto vimos los dos primeros capítulos de los cuales voy a dar mi opinión pero antes vamos con los antecedentes.

Primero, a mí la serie original inglesa no me gustó. No la vi entera, vi solo 4 capítulos. Y no la vi porque me aburría. Mucha gente me echó la bronca por criticarla sin haberla visto entera, lo cual es completamente ridículo. ¿Qué soy? ¿masoquista? ¿Hay que escuchar una canción entera de La oreja de Van Gogh para saber que es un horror?

Ahora mismo se está escribiendo la versión española. Se va a llamar La chica de ayer y los actores serán Ernesto Alterio y Manuela Velasco. Me gustaría hacer un paréntesis y hablar de la peculiar belleza de nuestros protagonistas masculinos pero no es el momento. Principalmente porque amo a Ernesto Alterio y creo que le pega muchísimo al personaje. Pero prometo hacerlo pronto, que hay mucho que decir.

Sobre el nombre de la serie... está mal prejuzgar algo que ni siquiera se estrenó pero... ¡Qué puta mierda de nombre! ¡La canción no es de los 70! y ¿Qué pinta una chica en todo esto? aunque lo peor es ¿Cómo es que no van a poner la canción original? !Que estamos hablando de David Bowie joder! ¿Acaso es por no pagar los derechos? Es que tener esta serie y no usar Life on Mars es como tener jamón de jabugo y hacerse un bocata de chopped.

Así que aprovecho este foro público para hacer llegar a los guionistas de la versión española algunas pautas para que la serie sea buena y aquí es donde empiezo a hablar de lo que he visto hoy.



Life on mars USA es una serie estupenda. Dirán los listos "a ésta es que le gusta todo lo americano". Sí, pero no, que hoy me he comido un Mince pie traído de Londres y seguro que en USA no los hacen tan bien. Life on mars USA es mejor que la original porque sus personajes tienen entidad.

¿Qué significa que un personaje tenga entidad? No se trata de que exista, de que respire y de que las palabras salgan de su boca. No. Que un personaje tenga entidad significa que sus rasgos, sus características nos quedan claras desde que aparece por primera vez y se distinguen de las de los demás. Y no me refiero a que sepamos que el yonqui es violento o que la hippie es feminista. Me refiero a características reales.

Me refiero por supuesto a Michael Imperioli que tiene un personaje y por eso la mayoría de escenas en comisaría no son un absoluto coñazo, son hasta entretenidas. No es un panoli al servicio del jefe que ni siquiera se diferencia de su compañero. Tiene toda la pinta de que se va a convertir en el infierno de Sam. La diferencia es definitiva. Por un lado teníamos un intento de serie, que funcionaba, según la paciencia de cada uno, y por otro, una serie normal, que no tendrá ese fantástico acento inglés, pero tiene otras cosas, que pese a quien pese, funcionan mejor. Con ingredientes para enganchar y para mantener al espectador alerta. Hay que tener en cuenta también que las series en USA se hacen sin fecha de caducidad, entonces apostar por un personaje implica que te pueda servir para darte juego por ejemplo, durante 5 temporadas de 23 capítulos cada una. Casi nada.

El personaje de Gretchen Moll es muchísimo más interesante que el de la original inglesa que solo servía para dar la charla a Sam, y rellenar así los 15 minutos de más que tenía el capítulo.

Ya saben que la versión americana había empezado en un Los Ángeles frío y tedioso pero sabiamente este piloto transcurre en una Nueva York llena de color, y así, además, se aprovechan de la presencia siempre estremecedora de las torres gemelas.

El tema del viaje en el tiempo aquí está mejor resuelto. Sam no sólo cree que pueda estar en coma, sino que a pesar de ser un hombre totalmente escéptico, se plantea incluso que la solución puede ser totalmente sobrenatural. Incluso llega a creer en lo que le cuenta su vecina hippie acerca del amor que viaja a través de las nubes. Ay, sí, tiene una vecina hippie que se pasea desnuda por los pasillos, claro, estamos en la época del sexo libre ¿cómo a nadie se le había ocurrido antes?.

Se introduce aquí un elemento nuevo que es un pequeño robot de juguete que Sam se encuentra cada dos por tres, y que permitirá al personaje jugar con el asunto de la demencia y esto ayuda a que empiece a tomarse todo con sentido del humor. Si simplemente está loco, lo mejor es que espere a que todo termine y mientras, disfrute del viaje.

La novia de Sam, interpretada nada menos que por Lisa Bonet (que está bien porque es una cara conocida pero no nos es tan simpática como para que la prefiramos a Gretchen Mall) tiene presencia en más de un capítulo y será la clave para que el poli necesite encontrar la verdad y volver. Ya verán como esta vez su personaje no desparecerá de un día para otro. Las posibilidades son más a medida que creas nuevos caminos, cuanta más entidad tengan tus personajes, habrá muchas más historias, muchas más tramas, muchos más capítulos. Parece obvio, pero no lo es tanto. Los americanos son expertos en eso.

Han encontrado una serie estupenda con un punto de partida maravilloso, pero mejorable. Y la han mejorado. Dos veces. La primera vez les salió regular, la segunda bien. Y encima tienen a Harvey Keitel.

La serie es mucho más divertida que la original, a mí personalmente me faltan más guiños, pero al menos hay ideas sensatas como que Sam Tyler haya querido asesinar al niño que será el futuro secuestrador de su novia. Eso es una decisión cojonuda. Espero que haya más. Yo confío en ello y no ciegamente, pero sí basándome en las buenas intenciones que vi en 80 minutos de serie.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Ver la tele

No puedo con el anuncio de Gas natural. Es horrible, el tío, la música, todo. Y el de Vodafone... dios, qué tortura, a todas horas, en todas las cadenas. ¿A quién se le ocurrió eso de Alexander Bell? Es tan rancio que parece de Telefónica. Antes Vodafone era más divertido.

Ahora veo anuncios porque veo muchísimo la tele. Me he venido a vivir a casa de mis padres un mes y ahora bajarme series depende sólo de mí. Y ¡Dios! Es un coñazo! tienes que estar pendiente de mil páginas webs, de si están los subtítulos aquí o allí, qué sinvivir. Yo antes veía los capítulos como una reina, preguntaba ¿Qué tenemos hoy? Y mi proveedor de series, tan amable, me contaba "Uno de Gossip girl, uno de Mujeres desesperadas y dos de 30 Rock". Yo ni siquiera necesitaba saberme los títulos. Me tumbaba en mi sofá de piel con mi mantita y a disfrutar. Ahora sé exactamente que el de Entourage se llama Pie, que el de Ugly Betty es Ugly Berry y toda la magia ha desaparecido. ¡Soy yo la que tiene que renombrar los archivos!.

Por eso, he decidido ver más la tele y tengo miedo de engancharme a todo lo que estoy descubriendo. Los domingos lo paso fatal porque echan Salvados en La Sexta y a la misma hora, en Cuatro, Pekin Express. Y adoro los dos. Anoche el de Salvados fue estupendo. Sé cuando un programa de humor es realmente bueno porque le aconsejo a mi madre que lo vea y ella después me cuenta "lo puse cinco minutos y me pareció una estupidez". Entonces es que era bueno. Mi madre no entiende de humor. La parte de la alfombra roja en el mercado fue divertidísima. Este programa tiene cosas muy originales y me encanta el montaje, la locución y la elección de la música.

Y qué decir de Pekin Express que no sepa ya media España. El programa de anoche fue brutal, qué nudo en la garganta, por favor. Ver a esas gemelas llorando, esa redención final, qué emocionante. La verdad que las gemelas eran terribles, éticamente jugaban como el culo, pero como competidoras eran las mejores. Yo las odiaba pero sabía que sin ellas el programa no valdría nada. Eran las malas que debían estar ahí hasta el final.


Yo el programa lo vi empezado, casi diría que llevo solo 3 capítulos, así que no tengo mucho criterio, pero mis favoritos son la negra y el modosito. Me encantan. Son los más íntegros. Aunque no sé qué puede haber hecho la negra antes, para que todo el mundo la odie. Detesto al profesor y a su alumno y la otra pareja, la de la rubia chiflada y su novio, me parecen de una prepotencia monumental. No entiendo cómo pueden seguir juntos. Que alguien me cuente si estoy equivocada y tengo que cambiarme de equipo.

De GH solo veo las galas de los martes, no veo resúmenes. Y cuando ya llevaban 6 galas empecé a ver Factor X. Dios, este programa es lo peor. Y aquí quiero detenerme un momento porque tengo algo importante que decir.

En muchos blogs se dicen un montón de imbecilidades. El otro día leí que lo peor de Factor X era el jurado. Eso es ridículo, porque el jurado es lo único por lo que vale la pena el programa. No se le puede echar la culpa de un fracaso a un jurado que no pinta nada a la hora de montar escenografías, coreografías y cosas de presupuesto. Factor X es el peor programa que ha habido en muchos años en la televisión, es una vergüenza. Sin embargo, Los casting de Factor X son desternillantes. Dan que hablar, la gente no se los pierde. Así que la cosa empieza mal en las galas que son directamente otro programa. El jurado ya estaba en los casting, así que no tienen culpa de nada.

Luego está la cosa de los concursantes, que son uno peor que otro. Este año desafinaban todos menos dos. Escucharlos era un infierno. Imagino que, además de porque cantaban muy mal y no tenían carisma alguno, desafinaban por culpa del sonido de plató y tampoco ayudaba la penosa elección de canciones. Pero bueno, en OT las canciones son todas horrorosas y como programa es fantástico. Así que esto en principio no debería ser prueba de nada.

Lo que me preocupa de este asunto es la clásica sordera nacional y la corriente de pensamiento único.

Este año el concurso lo ganó un grupo llamado Vocal tempo. Y ganó porque cada uno de los miembros del programa, presentadora, jurado, compañeros, estaban alucinados con el grupo. Se trata de un grupo que canta a capella. Son 6, el cantante creo que es cubano. La cosa es que cantar así es tremendamente difícil. Pero eso no debería ser suficiente. Sin embargo la gente se metió eso en la cabeza y ya no hubo nada más que hacer. Si todo el mundo te dice que algo es bueno, tiene que ser bueno.



La cosa es que solo hay que oír un poco para ver que Vocal tempo es un grupo talentoso, que sabe hacer eso bien pero que suenan bastante mal. Que a lo mejor con un poco más de trabajo lo puedan hacer mejor, pero que ahora no. Son mediocres en lo que hacen. No malos ojo, pero escucharlos es un suplicio. La verdad que quitando a un par de niñas que cantaban de maravilla era un suplicio escuchar a todos.

Lo que de verdad odio es que cuando algo se dice con esta rotundidad, vaya a misa. Y que medio país piense que si no le gusta eso puede ser considerado un ignorante.

Y esto viene a colación también por el tema de las Entrevistas de Telecinco. Parece ser que subirse al carro del vapuleo general a la No-entrevista a Cachuli, y a la entrevista a Roldán te hace ser mejor persona.

Yo aplaudo a Telecinco por ambas entrevistas, aunque la de Roldán no la vi porque estaba oyendo a la Campanario en Antena3 que era muchísimo más importante.

martes, 11 de noviembre de 2008

True Blood

Cuando un piloto no me gusta me lanzo a este blog segundos antes de que termine para escribir la crítica más desalmada. Así soy yo. Cuando me gusta, sin embargo, me entra el miedo. Tengo que catar muchos capítulos para no meter la pata, para estar segura de qué serie es la que tengo delante.

Con una serie española todo queda claro desde el piloto. Todo está lleno de obviedades y lo que suceda a lo largo de los episodios será siempre igual (salvo en El internado, que se reinventa cada dos por tres porque se les olvida todo lo anterior). Pero en una serie de verdad ese camino que va del piloto al capítulo 5 es inmenso e impredecible. Gracias a Dios. Imagínense si el artífice del asunto es un tipo como Alan Ball.

El piloto de True Blood nos dejó a todos con la boca abierta. Y no porque fuera una serie distinta, que lo era, sino porque no tenía final. Como se trataba del pre-air pensamos que los problemas se solventarían en el piloto. Pero nada más lejos de la realidad, no exisitió diferencia entre ambos capítulos. Lo único que cambió fue una actriz secundaria. Es lo que tiene ser Alan Ball, que lo que él decida va a misa aunque el público proteste.

En A dos metros bajo tierra el humor negro quedó claro desde el principio. La serie era un dramón pero el hecho de que los muertos charlaran alegremente con su embalsamador quitaba hierro al asunto. Sin embargo, en True Blood el tono es difuso. Por un lado, es una serie de vampiros, que en principio parece que debería darnos miedo, y por otro está llena de personajes estrafalarios que se acercan más a un Gilmore Girls que a un Entrevista con el vampiro.


Ryan Kwanten, el alma de la serie

Basada en los libros de Charlaine Harris, True Blood es un batiburrillo tan incomprensible como encantador que tiene su punto fuerte en el tratamiento de sus personajes y su punto débil en las escenas de acción. Y aquí permítanme contradecirme, porque puntos fuertes y débiles se dan la mano y lo que para algunos puede resultar grotesco, para otro puede resultar divertidísimo. La línea que separa la comedia negra del drama, aquí es tan delgada que puede provocar rechazo o entrega absoluta. Lo que en principio debería dar miedo, da risa, y los encuentros amorosos a medianoche son escandalosamente ridículos. Lo que yo no entiendo es por qué el tono de la serie no quedó claro desde el piloto ¿Es un error de base? ¿Una decisión premeditada? Sea como fuere todo esto hace que yo sea una enamorada de esta serie, que me sienta a gustísimo con cada sorpresa, con cada mezcolanza de géneros y que disfrute como una enana con los cliffhangers más locos y divertidos de los últimos años (que ya es decir).

Los vampiros de True Blood se codean con los humanos, discriminarlos es ilegal y todo esto tiene lugar en el Sur de Estados Unidos, donde si te descuidas cualquiera te hace un exorcismo. Y por si todo esto fuera poco, encima la protagonista de esta historia es telépata, una característica que parece un poco extraña a priori, pero que termina funcionando. True Blood reúne todas las características que Héroes debería haber tenido, y que todos esperábamos ansiosos.



Aquí, los tópicos vampíricos se trastocan con gracia, y son los propios personajes los que indagan sobre estos cambios para que nosotros nos enteremos, así que en resumen se podría decir que un vampiro es un muerto viviente que necesita de sangre humana para sobrevivir, que duerme de día, que se refleja perfectamente en los espejos pero que jamás debería ponerse una cadena de plata en su cuello.

El tema es que la sangre que los vampiros deben beber (porque eso de ir chupando cuellos no es demasiado legal) está envasada y se llama "True Blood". Se puede comprar en cualquier supermercado e incluso beber en la barra de un bar de carretera. Los vampiros necesitan de la sangre humana para vivir, pero además, la sangre de los vampiros es, para los humanos, la droga más potente del mercado.

Y ahí no termina la cosa, además hay muertes. Hay toda una trama detectivesca sobre el violento asesinato de un montón de mujeres del pueblo.

Fíjense en lo que les estoy contando, esta serie tiene de todo, lo de menos son los vampiros. Alguno se llevará las manos a la cabeza ¿una serie de vampiros que no da miedo? No, no da miedo, y ni falta que hace. Pero todavía no llegué a lo más importante porque aparte de todo esto, lo mejor de la serie es la química que hay entre Sookie y el vampiro. Parece ser que en la vida real son novios, y no me extraña porque parecen nacidos el uno para el otro. Anna Paquin está piradísima, tiene una cara de loca que no puede con ella y nada le podría ir mejor a ese personaje. Y Stephen Moyer ... Ay... me muero de amor.


jueves, 6 de noviembre de 2008

Otoño

Llevo días sin escribir ya que el tiempo ha empeorado mucho y lo que quedaba en la macetohuerta se ha quedado estancado.
He comido la última fresa hacía el 20/10/08 y queda aun alguna que no creo que madure. También quedan 3 tomatitos que tampoco parece que vayan a madurar.
He ido arrancando las plantas y poniéndoselas a las lombrices para que pasen el invierno.
Ahora solo me dedicaré a labores de mantenimiento hasta que vaya finalizando el invierno.
Creo que voy a aprovechar el invierno para mejorar algo la tierra de los tiestos que creo que no es buena.
Si hago algo interesante os lo contaré.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Me gusta la Sexta

Con las cadenas pasa lo mismo que con el fútbol o con la política, o se es de uno o de otro. Si eres fan de Telecinco no puedes serlo de Antena3 y si te gusta la Sexta, no te puede gustar Cuatro.

Yo soy de Telecinco y de La sexta. Y eso que durante muchos años de mi vida fui del Plus, pero con el cambio la cosa no funcionó, me perdieron.

La sexta está cogiendo forma. Ahora me gusta hasta Buenafuente. Aunque no vea el programa entero no me pierdo sus monólogos. Me encanta Berto y el follonero. Ayer estuve viendo un poquito de Salvados y me pareció que tenía momentos buenos, tampoco para tirar cohetes, pero la cosa pinta bien. Y creo que es porque a mí el humor me encanta y no hay manera de verlo en la tele. Es como si me estuviera conformando con lo poco que hay. Me gusta mucho más el programa de Wyoming que el de Pablo Motos. Bueno, ese es que no me gusta nada. Me parece insoportable, y eso que parece que la gente que trabaja en él tiene un talento bestial. Uno de sus guionistas tiene el mejor blog en español que yo he leído.

No me gusta la prepotencia de Sé lo que hicisteis, yo no lo veo, pero reconozco el talento, es un buen programa.

Lo que más me gusta de La sexta es que saben mantener el nivel. Saben que el humor es su estandarte y no van de estrellas, han apostado por la austeridad de Que vida más triste y gracias a Dios todavía no tienen un dramón de ficción rancio para el prime time.

No han sabido programar las sitcoms extranjeras, pero bueno, es la cruz de este tipo de productos en cada una de las candenas españolas.

Me encanta La Sexta, apuesto por La Sexta, soy y seré fan. Pero... hay algo que no puedo dejar pasar. Aprovecho este foro, por si algún directivo me lee.



Señores directivos de La Sexta:

¿¿¿QUÉ SIGNIFICA ESA COSA DE "ESTADOS ALTERADOS"???

¿María Adanez todos los días? ¿Quieren matarnos a todos?

No puede haber una sitcom a las 5 de la tarde (lo llamo sitcom de pura generosidad). Ese error también lo está cometiendo tele5 con Escenas de matrimonio, pero bueno, ellos están desesperados por sus problemas de sobremesa y están haciendo pruebas.

A las 5 de la tarde nadie ve la tele. O se ve porque estás enganchado (un culebrón) o se ve porque quieres enterarte de qué fue lo último que dijo la Campanario y no puedes salir de tu casa a comer los churros sin nada que comentar con tus amigas.

Nadie ve una serie que no va a ningún lado. Una serie sin continuidad, de sketchs, que encima va de gente moderna. ¿Qué gente moderna está en casa a las 5 de la tarde? ¿Treinteañeras trabajadoras? ¿Sí, en qué país?

Estados alterados es más mala que una gripe, es horrible, aburrida, ingenua, es un Escenas de matrimonio con ropa de Zara. Es una vergüenza. Y más aún cuando por ahí está el nombre de Maitena. Señores de la Sexta, quítenlo ya porque estropea el conjunto. Porque nadie lo ve, porque está mal hecho, mal pensado, mal interpretado, es rancio, los tópicos de Maitena están distorsionados, no son así. Porque sus risas enlatadas funcionan a la inversa, cuantas más hay menos te ríes porque sabes que ahí había un chiste que no has sabido captar. Es mala, mala, mala, y las cadenas se vuelven malas, cuanto más malos son sus programas.

300.000 personas abandonaron la serie esta semana. Luego no lloren.