martes, 11 de octubre de 2011

Breaking Bad: Season 4 finale

Ni se les ocurra leer si no la han visto.


Ayer estaba enfadadísima por la cantidad de spoilers que había leído antes del magnífico episodio final de esta cuarta temporada de Breaking Bad. Entrabas en un foro y no sólo había un comentario sino que te plantaban una captura de pantalla. Pero nosotros tenemos la libertad para entrar o no. Y yo a partir de ahora lo tengo muy claro, se acabaron los foros de televisión. No me aportan absolutamente nada. Porque una cosa es meterte a leer una crítica de una película (que ya es de tontos hacerlo si no la has visto) y otra muy distinta de una serie. Que hay gente que puede hablarte del capítulo que todavía no has visto, pero los hay hasta tan tarados de contarte lo que ha dicho Jennifer Carpenter de la recién estrenada temporada de Dexter. Y uno dirá ¿Qué más da? hay más de lo que disfrutar... la sorpresa es lo de menos. Ya, claro, y por eso el plano de la planta es el último. Toda la información está medida por gente que sabe lo que hace. No quiero que otra persona decida cuando tengo que enterarme de las cosas.



Eso sí, es maravilloso tener un lugar donde poder compartir impresiones, pero tiene que ser un petit comité de gente sensata y eso es una utopía. Hoy los estados de Facebook están llenos de debates improvisados. Y no me parece mal, porque hablar de lo que sucedió el domingo a nivel mundial es una obligación. Nadie debería venir a quejarse de los spoilers después del lunes. Porque el verdadero fan de Breaking Bad lo ha visto ayer, y le sale del alma gritarlo en todas las plataformas posibles. Hay que ser respetuoso y no poner fotos, no ponerlo en titulares... pero el que se queje y entre en foros y lea, y navegue sin haber visto el capítulo merece la muerte.


Breaking Bad: Face Off. Season finale

La química es la ciencia que estudia el estado de la materia y sus cambios. Una sustancia cambia al reaccionar con otra y puede producirse una reacción en cadena cuando esa unión genera reacciones adicionales. La química es una ciencia, claro, lo que significa que todo en ella está estructurado, definido y organizado. Pero cuando Walter decide empezar a fabricar metanfetamina empieza el caos.

El ojo en la piscina fue la clave. Lo supimos al final, cuando lo hilamos todo. Walter deja morir a la chica y su padre se queda tan tocado que acaba provocando la explosión de un avión de pasajeros. El aleteo de la mariposa en Londres desencadena el tsunami en Japón sí, y aquí ni siquiera hubo aleteo porque Walter no movió un dedo.



La que sí lo hizo fue Marie, que robó una cuchara diminuta. Y eso provocó que el jefe de la DEA se compadeciera de Hank y lo recondujera hacia la senda de Heinsemberg. Está claro que en la quinta su cuñado encontrará un elemento minúsculo entre los escombros de la lavandería para la persecución final. Ya no hay Tucos ni pollos, pero está el inagotable Hank, que nos sirve con collarín, en silla de ruedas o postrado en la cama.

Y luego está Ted, el jefe subnormal (o su padre más bien), que llevaba años defraudando a hacienda y que provoca que la familia White no pueda huir, porque les faltan exactamente esos 600.000 dólares.

Y Jessie que no va a Méjico para cocinar nada, va porque había dado muestras suficientes de lealtad. Gus y Mike sabían que el chico les salvaría la vida. Se ocuparon de prepararlo durante toda la temporada.

Y sí, el problema del caos es que es impredecible y Walter White es un hombre de ciencias. La única manera de ganar la partida es establecer las reglas. Juega con la pistola a la ruleta rusa y todos los escenarios determinan su muerte menos uno: los lirios del valle. Y lo hace en el lugar en que todo sucede: La piscina. Allí vimos la inquietante transformación de Walter, cuando intenta emborrachar a su hijo, allí descubre por primera vez que sus actos generan consecuencias terribles y no olvidemos que es en otra piscina donde empieza otra historia: la venganza de Gus.

Walter toma las riendas, ya no será arrastrado por los acontecimientos.

Walter White no es ni Tony Soprano ni Dexter. No es un asesino ¿Cómo se les ocurre que podamos aceptar que deje morir a una chica? ¿Cómo se les ocurre que podamos aceptar que se cargue a un crío? Pues se les ocurre. Gracias a Dios.

Y lo hacemos. Lo aceptamos y nos definimos.

Quiero pensar que Walter nunca quiso matar a ese niño. Quiero. No lo hago.

El cáncer tiene que volver porque es la única forma de que todos (sí, nosotros también) podamos redimirnos. La cosa es que vamos a llorar porque Walter es un asesino sí, pero es nuestro asesino. Y porque en el fondo, sabemos que en su situación nosotros habríamos hecho lo mismo.