sábado, 5 de noviembre de 2011

American Horror Story

El problema es que, quien más y quien menos, todos hemos visto "Hay alguien ahí". El problema no viene por haber sufrido esa locura sino porque, aunque ya lo intuíamos, pudimos comprobar que con una casa encantada no nos da para una serie a no ser que sea una sitcom y la familia se llame Adams. Y no da porque para que funcione necesitas mostrar al fantasma en el capítulo uno, pero claro, si lo haces ¿Qué te queda? ¿Cuál es el giro? ¿A dónde vamos? Que cinco sustos valen pero ¿diez? ¿quince? Y eso fue lo que le pasó a "Hay alguien ahí", que se convirtió en una parodia.

Pero cuidado, que aquí estamos hablando de Ryan Murphy y este chico será lo que quieran pero lo que sabe es reirse de sus propuestas. Creo que incluso se ríe tanto que le salen mejor los dramas que las comedias. Por alguna razón se ha tomado demasiado en serio Glee pero gracias a Dios nunca lo hizo con Nip Tuck y para nada con American Horror. Porque cuando alguien decide poner a Frances Conroy a horcajadas encima de Dylan McDermott y encima justifica su ojo a la virulé, se salta todas las reglas.

La serie va sobre una familia que ya arrastraba serios problemas antes de llegar a la casa endemoniada. Es decir, no va de una familia idílica a la que la casa va a pervertir, estos ya vienen pervertidos de antes, lo que es mucho menos aburrido.

El tema es que la casa está muy maldita y todo dios acaba muerto. Los fantasmas, claro, siguen ahí, así que esto es un conventillo de almas perdidas. Y no sé si por la cantidad de actores que coinciden, pero a mí la serie me recuerda muchísimo a True Blood, porque en este universo maravilloso vivos y muertos conviven tan ricamente y hasta meriendan juntos.




La cosa es que cuando todo parecía ir en una única dirección (el fantasma del sótano), parece que todo va hacia otra muy distinta. Sí, hay muchos frentes abiertos, mucha gente muerta con oscuros secretos buscando cerrar puertas y liberarse y la que mueve los hilos es Jessica Lange, que por ahora parece que sí que está viva pero no me extrañaría que mañana se quitara el vestido y tuviera un agujero en el pecho. Sin embargo, ha surgido un misterio: un skeletor serial killer que en su adolescencia hizo una masacre en el instituto. Y todo esto llega en el momento en que todos esos secundarios que parecía que pasaban por allí, deciden acomodarse y básicamente entrar en la vida de los Harmon para siempre. La pareja de gays en eterna discusión, la esposa desconsolada, la sirvienta infiel, el padre de familia pirómano, todos buscando ayuda y lo que me encanta es que el psicólogo esté más loco que todos ellos juntos.

Pero lo más importante de todo es que la serie da muchísimo miedo. Yo no puedo ni ver los créditos, los tengo que pasar en Fastforward y mirar al techo. En serio, lo paso mal. El monstruo del piloto fue terrible, y gracias a dios que como segundo traje le han puesto el sado de látex, que no me asusta tanto porque me hace muchísima gracia. Y miren, me encantan todos y adoro que Connie Britton no tenga la cara recauchutada, que esté divina con 44 años. Y Jessica Lange está siempre maravillosa pero aquí es que te deja con la boca abierta. Que le den el Emmy ya, total...