Y, aunque en clase te manden notitas, te metas conmigo o incluso digas que quieres matar a mi peluche, me gustas. No sé pero tienes ese algo que te hace especial y me fijé que tienes ese corazón lleno de oro. Hoy, cuando hablamos me mataste, sinceramente. +¡Es verdad no te rías de mí! -Yo nunca haría daño a mi delfín. +Ohh... eso es muy cuqui, yo tampoco haría daño a mi presidente. Tengo miedo de fallar pero es mejor callárselo todo ya que la gente putea y tanto y el miedo es ese, sinceramente.