Cada persona que hace que mi corazón lata con fuerza y revuelva mariposas en mi estómago es como la joya valiosa dentro de mi corazón.
Sabéis, dicen que las princesas valen la pena, que las soñadoras hacemos que todos los tíos puedan tener una parte dulce dentro de sí mismos y que las heridas siempre seguirán marcando el final de una historia, pero, no hay problema. ¿Sabéis la razón? Porque cuando algo acaba siempre vendrá un comienzo mucho mejor. Nunca debemos ponernos a llorar sino ser fuertes y relajarnos, saber que esa luz estará a la vuelta de la esquina.
Bueno, vale escribo esto por una personita especial. Hace sentirme princesa de un cuento de hadas aunque ahora comprendo que no existe ninguno. La vida pone momentos que necesitamos ver que nadie se mostraba como era hasta que te hacen daño y yo, por todo lo vivido quiero agradecer a esas personitas que aguantan mis locuras, mis lloros, mis sonrisas locas y mis ganas "de nada", sí, esas personas que haría cualquier cosa por ellas.
Y sinceramente debo agradecerte a ti más simplemente por hacerme feliz pequeñito.