Y él vino a mí y me hizo enloquecer con sólo unas palabras.
Hablando ayer me pareció enamorándome de verdad, tal vez no, pero me siento cómo si estuviera soñando. Te quiero. Ahora somos tomatitos. Y él vino a mí y me hizo enloquecer con sólo hablarme y ya me había dado cuenta que, caí rendida.