Vigilantes de Protección Civil les sacaron del agua en varias playas de La Manga, algunas de ellas balizadas debido al viento y al oleaje
22.07.13 - 01:35 -
Cuando, hacia la una de la tarde, los responsables de Protección Civil en Cartagena se percataron ayer de que ni la presencia de las enseñas amarilla y roja que advierten del riesgo o la prohibición de zambullirse ni sus advertencias a pie de playa ni sus informes en internet tenían el efecto esperado en los bañistas, optaron por la vía del sentido del humor. Lo hicieron colgando este mensaje en la red social Twitter: «Bandera roja en la playa no es por la selección nacional... es un aviso de #ProtecciónCivil muy serio. Respétalo».
El sábado había sido una jornada complicada en varios municipios costeros por el viento y el oleaje en las playas de Mazarrón, Calblanque, Cabo de Palos, La Manga o San Pedro del Pinatar. No en vano, en apenas media hora un hombre perdió la vida frente al antiguo camping Cartagonova, en el Mar Menor, y otras tres personas tuvieron que ser rescatadas del agua. Así que los vigilantes, coordinados por José Navarro, optaron por arrancar una sonrisa para concienciar a vecinos y veraneantes sobre la importancia de seguir las indicaciones respecto al baño, ya que ponen en riesgo no solo su vida sino la de los socorristas.
Al terminar el día, el parte de incidencias difundido por el 112 volvió a dejar claro que sus avisos estaban justificados. Los profesionales adscritos al Plan Copla de la Comunidad Autónoma tuvieron que sacar del agua en la playa del Pedrucho de La Manga a tres bañistas con dificultad para regresar a la arena. El puesto de control había izado la bandera amarilla, símbolo oficial de precaución.
También había tramos de costa balizados y con bandera roja, como Galúa, Amoladeras, el chiringuito Lolita, el Canal Náutico del Entremares, Calblanque y el área de la playa del Zeus, situada frente al restaurante Barlovento.
Piden responsabilidad
Sin embargo, el recuento oficial elevó a las ocho de la tarde el número de personas rescatadas a once. Afortunadamente, ninguna de ellas han precisado asistencia sanitaria. Pero las autoridades volvieron a reclamar responsabilidad.