lunes, 9 de diciembre de 2013

LUZ NATURAL: CRITERIOS DE DISEÑO


En la serie de artículos extraídos del IDAE que hemos publicado hasta el momento describíamos los parámetros de la LUZ que eran comunes tanto a la Natural como a la artificial. Ahora es el momento de entrar de pleno en la Luz Natural y los criterios para un buen diseño.

Fuente: IDAE


Como ya se ha explicado, la luz natural procedente de la bóveda celeste consta de tres componentes:
  • •­  El haz directo procedente del sol.
  • •­  La luz natural difundida en la atmósfera (incluidas nubes), que es la componente difusa
    del cielo.
  • •­  La luz procedente de reflexiones en el suelo y objetos en el entorno exterior.

  • Además, los trayectos recorridos por el sol producen una serie de efectos variables en el interior de los edificios, como consecuencia de la penetración de la luz a través de sus aberturas.
  • El color de la luz natural o diurna resulta de la mezcla aditiva de la luz coloreada procedente de cuatro fuentes: el cielo azul; la luz solar, de color más amarillo; el suelo o terreno, que si está cubierto de vegetación es verde; y finalmente las otras superficies reflectantes, de variados colores.
( Nuestra experiencia en Espacio Solar en países Nórdicos como Noruega han sido muy positivos en cuanto a la cantidad de LUZ NATURAL existente en el ambiente por ejemplo incluso en invierno. Esta cantidad de luz venía apoyada por los reflejos del sol en la nieve existente en el Entorno. Esto confirma la importancia del entorno local de cada proyecto. Para ver ejemplos de soluciones para mejorar la LUZ NATURAL en edificación vea:  http://www.espaciosolar.com/


Parámetros de diseño

Como base de partida para la consideración de un correcto diseño de iluminación de un edificio, deben resolverse una serie de premisas, de entre las que pueden destacarse las siguientes:

•­ El haz directo procedente del sol.
•­ La iluminación debe facilitar la orientación y definición de la situación de una persona en el espacio y en el tiempo.
•­ La iluminación debe integrarse en el diseño arquitectónico y de interior; es decir, planificarse desde el principio y no agregarse en una fase posterior.
•­ Las diversas opciones de forma, color y materiales de la iluminación deben reforzar los objetivos del diseño arquitectónico y de interior en vez de actuar independientemente.
•­ La iluminación debe crear una sensación y atmósfera adaptadas a las necesidades y expectativas de las personas (formal, íntima, oficial, sobria, económica, brillante, atenuada, hogareña, valiosa, amplia, acogedora, hostil, etc.).
•­ La iluminación debe facilitar y promover la comunicación entre las personas.
•­ La iluminación debe definir principios y transmitir mensajes que vayan más allá de la simple claridad; debe expresar algo.
•­  La iluminación debe ser original en sus formas básicas de expresión; no debe ser un produc- to de masas que simplemente reproduzca lo ya existente.
•­  La iluminación debe facilitar la percepción y reconocimiento del entorno de las personas.

Sobre la base de estas premisas, a fin de controlar la calidad de la luz ambiental, el diseñador debe manejar un conjunto de parámetros relevantes, que incluyen

•­  La elección del lugar, orientación, forma y dimensiones del edificio, para aprovechar las ventajas de la aportación de luz natural e im- pedir sus inconvenientes inherentes a la presencia del sol y de su trayectoria.
•­  La selección de la abertura de penetración de la luz natural y su orientación, factor esencial para el control de la calidad de iluminación; por ejemplo, un diseñador sabe que la luz norte, rica en azules procedente de la parte de cielo sin sol, está relacionada con la sensación de “frío”, por el hecho de que la temperatura de color es mayor que la del haz solar directo.
•­  Las superficies exteriores de los edificios actúan entre ellas. Los parámetros superficiales, que son una variable de diseño para un edificio, resultan restrictivos para los edificios contiguos; esto es debido al hecho de que el color de la luz reflejada desde las superficies de un edificio está influenciado por el color de las otras superficies reflectantes.
•­  Las superficies del suelo que rodean al edificio, cuya contribución es importante en días de cielos descubiertos, sin nubes, porque la luz incidente sobre las fachadas es reflejada desde el suelo. 







Tipología de espacios

Hay dos niveles tipológicos que condicionan el diseño de la edificación desde el punto de vista de la iluminación de interiores:

­ la interacción entre el edificio y el espacio abierto iluminado con un cielo luminoso y
­ la relación entre el edificio y la sala interior iluminada que recibe su luz del exterior.

Situación: forma del edificio e implantación

El diseño de luz natural debe comenzar en la etapa de distribución del lugar de ubicación, antes de considerar en detalle las ventanas. La razón para ello es que los grandes obstáculos que rodean al edificio pueden tener un impacto tanto en la cantidad de luz que alcanza las ventanas como en la distribución de la luz dentro de una sala.

La implantación del lugar de edificación es también el factor más importante que afecta a la disponibilidad de luz solar dentro de un edificio. Para el diseño solar pasivo, que constituye la mayoría de las ganancias solares en invierno, es especialmente importante considerar el grado de obstrucciones u obstáculos.

Características de la situación

Una pendiente orientada al sur experimentará mayores temperaturas que una pendiente orientada al norte, y es probable que quede protegida de los fríos vientos del norte así como que reciba una radiación solar incrementada. La pendiente en cualquier dirección reducirá la cantidad de luz natural que alcanza las ventanas que miran hacia la pendiente.
La figura 4.1 muestra cómo esta situación aumenta el espacio necesario del edificio para dar las mismas iluminancias de luz natural en la pared de la ventana. 






En la próxima entrega veremos el concepto de Línea sin Cielo muy interesante de cara al diseño.