Pero no todo es tan sencillo como parece, no cualquiera puede hacer una serie de abogados buena (recuerden Lex, o no, mejor no la recuerden). Tiene que haber un equilibrio maravilloso entre lo que pasa en el bufete y los casos. Pero los casos son lo más importante. Para ver un culebrón tenemos Mujeres desesperadas, una serie de abogados no necesita que sintamos nada, seguimos una trama más o menos interesante (muy interesante si estamos hablando de Boston Legal) y deseamos que una señora negra diga Not Guilty al final. Con eso tenemos.
Y lo que pasa en el bufete tampoco tiene que ser algo muy relevante, lo que tiene que serlo es la química y el carisma de los abogados. En The defenders hay una intención muy clara de repetir el éxito del tandem Alan Shore - Denny Crane (Abogado joven - abogado veterano). Solo que éstos no parece que tengan la profundidad y los matices de un Alan Shore ni de un Denny Crane. Ni parece que se complementen nada. Por ahora hacen lo mismo.
The defenders cuenta la historia de dos abogados de Las Vegas, pero no dos abogados de teleserie normal, sino de dos tipos que se anuncian en la autopista con un cartel gigante. Son abogados de estos que lo pueden todo, que utilizan los trucos más viles e ingeniosos para sacarte de la cárcel o hacer el trato más eficaz. La cosa promete mucho, uno se imagina a Saul, el abogado sinvergüenza de Breaking Bad y encima en Las Vegas, pero nada que ver.
Por un lado son tipos que se saltan las normas y que quieren terminar los casos rápido, pero por otro aceptan sin titubear que uno de sus clientes al que le pueden caer 40 años y que tiene todas las pruebas en contra, se declare inocente. No casa.
En este piloto no quedó clara la verdadera naturaleza de los personajes, es algo que está en el aire. Ya se verá. Como también se verá si las tramas se vuelven menos tontas en los siguientes capítulos y si la ciudad cobra el protagonismo que merece.
Lo nuevo de esta serie es que no parece que se vaya a centrar tanto en el juicio. Boston legal servía como plataforma para los épicos discursos de David E. Kelly que se ponía las botas en cada alegato y esa era la clave de la serie. Aquí se trata de abogados que también hacen tareas de CSI. Van a la escena del crimen y miden esto y aquello para llegar a la verdad. Dos en una.
La cosa es que The defenders es una serie entretenida para los que están un poco hartos de los arcos argumentales eternos. Pero promete ser un poquito más. Con un par de cambios que se intuyen, la serie se puede volver mejor. Le falta humor a los personajes, le faltan casos más rebuscados, a todos les falta química pero la base está y lo más importante: Funciona.