(Cardenal Strich, Chicago 1957)
"Si Dios puede salvar a un degenerado como yo, puede salvar a cualquiera" (Little Richard, 1984)
Yo ya te lo dije
"Si Dios puede salvar a un degenerado como yo, puede salvar a cualquiera" (Little Richard, 1984)
Yo ya te lo dije
El importante acuerdo social logrado por el Gobierno y los sindicatos merece que nos atrevamos a barajar la insatisfacción con la alegría. Como me dedico a escribir poemas, tarea que supone un metódico ejercicio de conciencia sobre la queja y los deseos, no me da miedo asumir el sentimiento de la contradicción.
Yo fui a la huelga el 29 de septiembre de 2010 para protestar ante la deriva de una democracia europea humillada por un capitalismo de cajas destempladas. Permítanme el juego de palabras porque la reforma de las cajas me parece el ejemplo más claro de la dirección tomada por un sistema que ha decidido liquidar cualquier apego al territorio (es decir, a la gente), acabar con la autoridad política y olvidarse de la cultura y las obras sociales. Cuando se expulsaba del ejército a un militar o cuando se conducía a un reo al cadalso, era costumbre destemplar las cajas de los tambores para hacer sonoro el desprecio. Los mercados financieros han conseguido imponer un tiempo de cajas destempladas, el Gobierno se humilló a su marcha y yo me puse en huelga convocado por los sindicatos. Como las políticas del Gobierno siguen desafinando y el acuerdo alcanzado supone una pérdida de derechos cívicos, no tengo más remedio que admitir mi frustración.
ESCOLAR.NET
Tengo 35 años y podría ser peor. Podría tener 25, ó 20, y así entrar de cabeza en esa generación estafada a la que le han cambiado el derecho a una vivienda digna y un empleo estable por la Playstation III. Nos dieron gato por liebre, hiperespacio a cambio de espacio, y por eso no me extraña que la ley Sinde enfade más a los jóvenes que el recorte de las pensiones o la reforma laboral. Hemos asumido nuestro destino, hemos aceptado nuestro lugar.
En toda Europa, de norte a sur, se repite que los jóvenes de hoy pasarán a la historia como la primera generación que vivirá peor que la de sus padres desde la II Guerra Mundial. En Europea es un drama; en España es una tragedia nacional. ¿Mileuristas? Más quisieran. El 43% de los jóvenes españoles entre 18 y 25 años en España ni trabaja ni estudia (*). Ni tiene nada ni aspira a nada. La nada de nada, la mierda al cuadrado, es el presente y el futuro para cuatro de cada diez.