miércoles, 2 de marzo de 2011

Mesa Redonda "Pan y Rosas"

Con motivo del “Día Internacional de la Mujer Trabajadora” cada año desde el Área de Igualdad de Izquierda Unida organizamos unas jornadas.
Este año bajo el lema “PAN Y ROSAS” analizaremos la discriminación que sufren las mujeres en el mundo laboral y social, especialmente en estos momentos de crisis económica y social. Para ello, contaremos con la participación de compañeras de los sindicatos CC.OO., U.G.T. y C.G.T, mundo rural e inmigración, que aporten su análisis de la realidad y propuestas de actuación.
Esperamos tu participación.


Serge Gainsbourg

20 años sin Gainsbourg
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Serge Gainsbourg, nacido Lucien Ginsburg, el artista integral, el fumador empedernido, el mujeriego, el pintor frustrado, nos dejó hace hoy 20 años y no podemos dejar pasar la oportunidad de recordar a uno de los artistas europeos más importantes del siglo XX.

Gainsbourg era judío y parisino de nacimiento, pero de origen ruso. Origen que se podía intuir en sus primeras composiciones, en una época en la que se forma intelectual y vitalmente. Trabajó en un cabaret, donde tenía al alcance de la mano dos de sus grandes pasiones, la música y las mujeres, para alguna de las cuales componía piezas de tinte clásico. Allí descubrieron que su talento sobrepasaba lo habitual y le animaron a defender él mismo sus creaciones. Terminó la década de los cincuenta siendo comparado con Cole Porter por Boris Vian, casi nada.

Pronto, sin embargo, se dejó seducir por los ritmos más frenéticos de la década en curso -los sesenta- y compuso multitud de canciones para intérpretes del más distinto pelaje, desde Juliette Grecó, France Gall, Petula Clark, Brigitte Bardot o Jane Birkin, que se convertiría en su pareja y con quien tendría a su hija, la cantante Charlotte Gainsbourg.

También el propio Serge se atrevió a interpretar sus piezas, a la vez que aparecía en múltiples películas, llegando a dirigir él mismo alguno de los títulos.

Llega 1971 y con él su álbum clave "Histoire de Melody Nelson". A estas alturas Gainsbourg ya almacenaba una gran cantidad de canciones imperecederas. Desde el eurovisivo "Poupée de cire, poupée de son", "Bonny & Clyde", "Les Sucettes", hasta "Je t'aime... moi non plus", porcitar sólo unas cuantas.

Con los setenta llegan también los primeros problemas graves de salud para el parisino, que no dejó por ello de fumar y beber sin moderación. Es también entonces cuando Gainsbourg coquetea con más generos. Además de hacer diversas bandas sonoras, se adentra en territorios funkies y jamaicanos, afrocubanos y jazzies. Nada se le resistía y casi siempre salía airoso.

La posterior década nos presentan a un Serge completamente alienado y consumido, su alter ego, "Gainsbarre", le sustituye en actos públicos,donde aparece ebrio y desaliñado, algo inusual en el coqueto Gainsbourg, lo que no hace más que alimentar su leyenda de alcohólico poeta maldito.

En 1991, trar su quinta crisis cardíaca, el corazón de Serge Gainsbourg se detuvo para siempre el 2 de marzo de 1991, dejando tras él una obra descomunal. Brindemos y fumemos todos a su salud.

Yo ya te lo dije

martes, 1 de marzo de 2011

¡¡¡ QUE TIEMPOS AQUELLOS...!!!

Continuando con la publicación de fotos históricas del C.F. Extremadura, hoy os pongo una que ya viene siendo cabecera de este blog desde hace un tiempo. Esta foto fue publicada en las paginas centrales del diario Marca el día 12 de enero de 1997, y pertenece a la temporada 1996/97, cuando nuestro equipo militaba en 1ª División.

Ahora os toca a vosotros, aficionados, dar más datos de esta foto: componentes, partido en el que se hizo, estadio, ...


Iron & Wine, a su aire

“Kiss each other clean” Iron & Wine (4AD, 2011)

“Kiss each other clean” es el cuarto trabajo de estudio -independientemente de la gran ristra de singles y Ep’s que también le contemplan- de ese auténtico asceta de la canción contemporánea que es Sam Bean y es, además, el que más controversia ha creado entre sus seguidores más enfervorizados.

Es cierto que el que esperase otro disco en la línea de ese folk a quemarropa que tan bien transitaba Bean, se habrá llevado una pequeña decepción. Sin embargo, considero que esa sensación de orfandad se tornará más dulce cuando se le den las oportunidades que merece esta nueva colección de canciones del de Florida.

“Kiss each other clean” supone una nueva vuelta de tuerca en la evolución musical del proyecto Iron & Wine, un volantazo que le sitúa donde se le antoja, guiando su propio destino, prescindiendo de normas y convencionalismos.

Si Bean nos tenía acostumbrados a canciones desnudas, cercanas y con un terminado sumamente orgánico, que le hacían heredero directo de Nick Drake, ahora las reviste con una orquestación algo más pomposa, adentrándose en terrenos más rugosos, que le situarían en la órbita de un Neil Young salpicado con la inmediatez de Mojave 3 y los arreglos que acompañaban a Van Morrison en, por ejemplo, “Astral Weeks”. En otras ocasiones, se atreve Bean incluso con devaneos tropicalistas, recordando a lo que ha venido haciendo últimamente Josh Rouse, pero manteniendo siempre esa calidez acongojante de su personalísima voz.

El álbum se abre con “Walking far from home”, donde cobra el piano un protagonismo que no abandonará en toda la obra. Es una apertura brillante, un medio tiempo de melodía en bucle que supone toda una declaración de principios y un arranque sensacional.

Para confirmar la evolución, el disco continúa con “Me and Lazarus” y “Tree by the river”, dos canciones que basculan entre un Adult Oriented Rock que dignificaría este término y algo no demasiado ajeno al dream pop.

El viaje fluye plácidamente por “Monkeys uptown” para hacer parada en otra de las joyas del disco, “Half Moon”, con ecos de The Band y unos coros preciosos. Tras esto, y como el disco contiene –como los de toda la vida- diez canciones, arranca la segunda mitad con “Rabbit will run” y su experimentación contenida y valiente.

Con “Godless brother in love” el disco alcanza su cota más sublime en absoluto y da paso al tramo final y, a la sazón, más rompedor de esta colección. “Big burned hand”, “Glad man singing” y “Your fake name is good enough for me” incorporan desde devaneos jazzísticos hasta las guitarras más afiladas que ha incluido Bean en ninguno de sus trabajos, pasando por arreglos inusuales en su discografía, y que suponen un cierre digno de la última entrega de uno de nuestros bardos barbudos preferidos.


Yo ya te lo dije

Manifestación hoy a las 20h. "Lucha por el Empleo"