CONSUMO DE ILUMINACION DE UN EDIFICIO / FACTORES QUE LO AFECTAN (I)
El consumo energético en iluminación dentro de un edificio de servicios depende de muchos factores, pero principalmente de los siguientes:
• De la superficie iluminada: S [m2]
• Del nivel de iluminancia medio: E [lux]
• De las horas anuales de utilización: h [horas/año]
• Del Valor de Eficiencia Energética de la instalación: VEEI [W/m2·lux]
• De la tarifa eléctrica: [Euros/kW·h]
• De los elementos arquitectónicos y de interiorismo
• De los sistemas de regulación y control
• De su capacidad para aprovechar la iluminación natural
Como ya hemos comentado anteriormente, los costes energéticos en iluminación eléctrica pueden representar un porcentaje muy importante de los costes energéticos de un edificio, por lo que un análisis detallado de sus factores resulta una herramienta fundamental para conseguir edificios energéticamente eficientes. En términos muy generales podemos decir que lo importante es diseñar edificios que dispongan de sistemas de iluminación artificial de alta eficiencia, que sean capaces de aprovechar al máximo la iluminación natural disponible durante el día y que exista un sistema de regulación y control que permita traducir en ahorros esa luz natural disponible. Para analizar la problemática en más profundidad, desarrollaremos a continuación algunos de estos factores.
El nivel medio de iluminancia
La iluminancia (E) es la cantidad de flujo luminoso (Φ) que incide sobre una superficie por unidad de área. Se mide en Lux, de manera que [1 Lux = 1 Lúmen/m2].
Tanto en oficinas como en centros educativos, las iluminancias de los espacios de trabajo suelen ser bastante uniformes, por lo general con niveles medios de entre 300 y 750 Lux a la altura del plano de trabajo. Otras tareas de mayor atención pueden requerir niveles de iluminancia mayores de entre 500 y 1000 Lux, mientras que las zonas de descanso o de paso suelen disponer de niveles de entre 50 y 200 Lux. Como es evidente, cuanto mayor sea la iluminancia (E) requerida, tanto mayor será el consumo en iluminación del edificio.
En ese sentido podemos decir que existe una relación directa entre la iluminancia media de un local y su consumo energético en iluminación artificial, siempre y cuando todos los demás parámetros se mantengan constantes. Así, un buen consejo para ahorrar energía es el de ajustar las iluminancias de cada espacio hasta los niveles requeridos para las tareas a realizar. Con demasiada frecuencia se diseñan sistemas de iluminación artificial con niveles de iluminancia muy superiores a los requeridos, lo que representa un gasto inútil de energía.
También es importante comprender que la iluminancia es sólo uno más de los parámetros de medición luminotécnica necesarios para evaluar las cualidades de confort lumínico de un espacio. Es un parámetro muy utilizado por su facilidad de comprensión, de simulación y de medición utilizando un luxómetro. Sin embargo hay que tener en cuenta que “el ojo humano no ve la iluminancia”, lo que el ojo ve es el efecto de ésta sobre las superficies. Por ello la iluminancia y su unidad de medida, el lux, debe analizarse siempre junto con un parámetro mucho más importante, la IUMINANCIA [cd/m2] que es la que el ojo sí ve y es con la que se puede evaluar uno de los problemas más importantes asociados al confort lumínico: los grados de contraste y el deslumbramiento.
En el siguiente cuadro mostramos algunas referencias de iluminancias mínimas, recomendadas y óptimas en función de las tareas realizadas en un local.