domingo, 19 de octubre de 2008

Una obra maestra llamada Weeds

spoilers t.4

Sí, lo sé, la cuarta temporada terminó hace más de un mes y no he escrito nada hasta ahora, pero tengo una razón: estaba sobrecogida.

Estamos acostumbrados a ver series buenas, pero con Weeds pasa una cosa que no pasa con otras, cada temporada es mejor que la anterior, cada capítulo da un paso más y cada giro nos vuelve del revés. Es imposible que ninguno de nosotros haya podido adivinar cómo iba a terminar cada capítulo, cada trama o cada escena. Weeds hace de la sorpresa un arte. Y así es como debe ser la televisión.

Y sí, el fondo es maravilloso, pero la forma es brillante. Y para entenderlo no hay más que echar un vistazo a los dos últimos capítulos de la temporada. En Till We Meet Again, la violentísima redada en las catacumbas es contada sin sonido, mientras vemos el baile de Nancy y Esteban, que deja claro que eso es verdadero amor, y que ya no hay manera de arreglar esto de una forma lógica. No habrá pasión sin sangre para esa mujer y debemos prepararnos para lo peor.

Pero la mejor escena de la historia de la serie está en el capítulo final. Nancy ha cometido errores desde el principio de los tiempos y el último le pasará factura. Lo normal es que huya, pero claro, es Nancy, sus decisiones siempre serán imprevisibles. Se va a meter en la boca del lobo, no hay escapatoria y nada de lo que haga podrá salvarla de que le peguen un tiro en la cabeza. Pero tiene una familia, no puede irse y dejar a sus hijos así. Al menos tendrá que abrazarlos, despedirse por lo que pudiera pasar. Sí, ha de haber una despedida, pero esto es Weeds y no Cinco hermanos. Así que la manera que eligen no sólo es la más eficaz, elegante y emotiva. Es la escena que define la serie. Hay formas y formas de hacer ficción y Weeds la hace así: