lunes, 27 de febrero de 2012

APLAUSOS Y PALMADAS

El poeta, el escritor, y el artista llevan por la vida una enorme carga en su cerebro y corazón, una misión que es el decir lo otros sienten y no pueden, no saben o no quieren expresarlo pero si leerlo de la pluma de aquellos... El hombre se encuentra consigo mismo cuando se mira en la paleta del pintor, en el espejo de la página, en la escena del teatro, retratado alli con sus imaginarios colores y reales lienzos de emociones y caricias... Pero por esa misma razón aquellos que lo representan con sus artes se nutren del aplauso, de la critica, de la palmadita en la espalda.Todos los necesitamos.... Miles de páginas son escritas y publicadas cada dia por estos medios; millones de ¨amigos¨ llenan esas páginas con sus fotos y avatares, más millones aún aparecen cada dia y solicitan ser incluidos en las páginas y en la amistad del que escribe, pero más allá de mirar las fotos o tal vez leer tres segundos mo escriben, no dicen, no participan no dan señales de vida a ese cuya ¨amistad¨ piden, ni jamás le dejan saber si está escribiendo por el simple deseo de pasar su tiempo sin de otro modo tener sentido alguno sus vidas. Muchos siguen creyendo en los números, el que mas nombres tiene en su lista más popular es, más éxito tiene.... lamento ser el abogado del diablo...nada resulta más falso.

viernes, 24 de febrero de 2012

La Libélula azul

La Libélula azul


Las redondas olas sin crestas que recorren a ritmo de vals lento las extensiones del mar en verano arribaban a mis playas rodando juguetonas con las blancas y multicolores ostras que sonrientes las esperaban cual danzarinas sin alas a sus zapatillas mágicas, para jugar.  Sueños de amanecer que las auroras trajeron un  día y que aún son conservados por las gaviotas del norte en sus plumajes de sal… La brisa sopla mortecina apenas moviendo las nubes, y por las arenas de la isla una palmera se luce cual poema en nueva pluma….Hay silencio.  La vida la islita es solitaria; los peces recorren en bandadas los corales en busca de refugio y de alimento, y las aves que de arriba ven los peces bien los cazan.  Cristalina es el agua cercana y verde a la distancia, allá por donde  se alejan los veleros cuando van por las rutas del pirata y la comba azul de cielo toca el agua sin mojarse… El sol se acerca al medio día y calienta un tanto la arenas  de la isla, dándoles a las iguanas la idea de que se han mudado al Sahara.   Me despierto al oír unas tonadas, yo que dormía flotando en mi chalupa después que mi barco naufragara. Silencio había porque aquellas olas que así viajan en verano no hacen ruido, más de pronto mis oídos se alertaron a una voz que no sede quien, de donde y ni como, podía en este océano cantar. Naves no había….
Mi cerebro  enfebrecido por las horas, los días y las noches flotando en el mar sin esperanzas de vivir, me hacia ver grande….grande…grande mi vida.  Las realidades de mi vida se unían a galope en el potro del orate para hacerme creer que todo lo fui, tuve y amé  allí tenia,  y que el agua que no tenia era  el licor y las aves que volaban por arriba eran faisanes que cazaba en mis predios y comía… un poco de locura eran mis horas y alegre navegaba yo y mis  velas seguían impulsando mi velero…. ¡Cuan bella era mi vida es esas horas de locura!...Yo venia de conquistar los Siete Mares, los Polos con sus hielos y sus luces; los trópicos sonrientes y los humeantes montoncitos de piedras que hacen islas, todo era mio.  Mujeres licor y mis anclas, danzas de caderas sin dueños, guitarras dormilonas, y bandoneones que al moverse los tacones que rezóngan sin clemencia mientras que  algún saxofón desde la orilla trasera del camino le adulan a las olas de mis mares… es evidente que llevo el vino de la noche en mi cabeza…. Canta  una mujer…
Estoy enloqueciendo… almirante de mi flota y de mis naves  voy  gozoso por los mares, voy soñando…soy feliz en mis adentros y si el mundo penetrara en mis sentidos me vería el rey de los marinos…. Piratas pasan y sus sables destrozo con mis manos  limpias, puertos nuevos con mis blancas velas y anclas de amores que me conquistan por tantas noches, muelles de blancas frazadas que cubren cuerpos que amarme dicen; vayan las horas de besos grises, de besos verdes de amores muchos… vayan los puertos de mis conquistas  y las propinas que esconden almas porque las damos por más placer. Sueño.
Pero deliro; tal vez ya muerto mi cuerpo allí en el bote yace y es el espíritu mio que  al alejarse siente todavía sus carnes y cree que ama y es amado; cree que vive y ya es pasado…. Tal vez…. Tal vez el tiempo se ha detenido sobre una roca allá junto al faro y desde allí vigila mi alma que pasa.
Oigo una voz de mujer, una leve y distante melodía en la distancia… despierto al fin y me froto los ojos tratando de mirar a través del reflejo del sol sobre las olas y de mis sentidos que acelerados ven las cosas como ciertas, donde me veo como era y como sigo sabiendo que lo era, y vivo en el aplauso de los hombres y los brazos de las bellas mujeres por mi mundo de quijote y de aventuras.
Una cola de pez se ve saltando  a la distancia, después hay otra, y hay muchas otras  y todas mías si las quiero, al fin dueño del mar ya soy.  Pero las dudas me asaltan… sueño, estoy soñando; no, tengo fiebre, mi cerebro me engaña,  mi nave surca el cristal bajo un sol fuerte, la sed me está empujando, la mente anda en hamacas…
Se ve apenas con los ojos cerrados y las fibras del corazón vibrando un letrero que saliendo del fondo de los mares me reta: ¿Me cuentas  si existen las sirenas? 
El canto parece de mujer de voz sutil, y abro los ojos, leo, me burlo de mis propios pensamientos, Estoy loco ya, me digo; tengo mucha sed.  Me mojo las manos para que mi cuerpo reciba un poquito de humedad y no morir deshidratado.  Se acerca aún más la voz…
Aléjate, ¿no ves que estoy glorioso navegando por mis mares  a velas, a solas, a la voluntad gozosa de las olas que me acunan con su amor y sus sonrisas?   No te enamores de mi, le canto  ya que su voz música es, pero cual toro embravecido insiste en correr hacia el torero.
Me atrevo a cantar sobre la borda ya mi cerebro anda entre candelas, y acaso ¿qué más bello que una princesita de una reino que ama y por amar pierde al ser amado y al mar se lanza?
No, Señor; ella no ha muerto, una ballena que pasaba y la oyó llorar por amor se la cargó y allá en la isla secreta de sus mares la enseñó a nadar, la adoptó y le fabricó una cola con la tela que una estrella del mar hizo en el cielo y se la trajo envuelta en una perla.
No terminé la historia cantada cuando a mis espaldas sonaba una sonriente vocecita femenina:
¿Busca usted a alguien…?
Loco como estaba sin saber si era  mujer, estrella o diosa  un beso en mejilla le planté…
Mi sueño se hizo largo y luego despierto allá la playa.
Me cuentan las chicharas que fue mucho, que mi bote había llegado sin sus remos y mi cuerpo transportado por  una sirenita  había carenado a la playa en una tarde de verano, casi muerto.
Una ostra que se me hizo buena amiga me contó que muchos escualos en el camino me atacaron, que ballenas y marsopas me rodeaban y que aquella sirenita allí entre todos, luchando contra sus propios amores del pasado, sus perseguidores insensatos de la aguas, los erizos que le clavan sus espinas y los golpes que las olas me daban contra las rocas firmes del arrecife, cargada conmigo que es pesado y herida por mil dardos de las fieras de los mares y los aires, por la playa me cargó.
Nació el amor.  Creo que locura en mi beso descarado hubo;  y locura en sus labios que empezaron a penar porque allí fuera donde el próximo beso yo le diera.
Salvó mi vida, nació el amor; volaron las gaviotas mientras con el día claro en el cielo surgió un arcoíris cual collar de perlas de Mallorca y una vocecita con tono de ballena enamorada comenzó a tararear una tonada aquí a mi lado.
Tuvimos frio. Esa noche allí en la playa cambió el viento, ella no podía vivir  a mi lado fuera del agua ni yo al suyo bajo el mar, pero la distancia, tan cerca y a la vez tan difícil hizo de nuestro amor una sonrisa cruel para acercarnos… Las tormentas se multiplican, las arenas vuelan  a diario y las olas a veces hacen muy difícil oír su canto y a ella difícil leer mis cuentos de princesitas y luces, de
De carnavales en cielo  y de danzas gitanas sobre la nube que nació en la flor.
Y en medio de las espinas, los filos, las olas, las tormentas, las dentelladas y las envidias nuestras dos alma unidas se pasean nadando alrededor de la isla, medio mar y medio arena; algo mio y algo suyo, y los dos un solo mundo…. Dos no más somos ya uno.  Reyes del mar y de las penas, dueños de los reflejos de la luz sobre las olas, espíritus libres  que sabemos nadar, flotar, cantar, amar…  y de la princesita convertida en princesa y el marino aventurero nació en la isla de las blancas arenas y las caracolas que hablan, el amor más grande del reino de los mares….
Y un día sereno en que sobre el arena, mojados, nos amábamos  apareció en la playa un ser que era el Dios mismo.  Por un momento nos miró 
Se acercó sonriente, levantó la mano y nos indicó a las flores con su dedo al que vino a posarse una libélula azul….
Dios tomó mi mano y la unió a la de ella y sobre las dos manos nuestras unidas plantó aquella libélula azul.
Este es vuestro anillo azul
Juradme que os amareis hasta la muerte y más allá de la muerte cuando lleguéis a mi reino en el cielo.  Juramos.
Lo que Dios en cielo une ningún hombre podrá separar
Os declaro por mi fe, marido y mujer
Y os doy esta libélula como el signo de mi buena fe en vuestro amor.
¡AMEN!
No quiero despertar.







Las redondas olas sin crestas que recorren a ritmo de vals lento las extensiones del mar en verano arribaban a mis playas rodando juguetonas con las blancas y multicolores ostras que sonrientes las esperaban cual danzarinas sin alas a sus zapatillas mágicas, para jugar.  Sueños de amanecer que las auroras trajeron un  día y que aún son conservados por las gaviotas del norte en sus plumajes de sal… La brisa sopla mortecina apenas moviendo las nubes, y por las arenas de la isla una palmera se luce cual poema en nueva pluma….Hay silencio.  La vida la islita es solitaria; los peces recorren en bandadas los corales en busca de refugio y de alimento, y las aves que de arriba ven los peces bien los cazan.  Cristalina es el agua cercana y verde a la distancia, allá por donde  se alejan los veleros cuando van por las rutas del pirata y la comba azul de cielo toca el agua sin mojarse… El sol se acerca al medio día y calienta un tanto la arenas  de la isla, dándoles a las iguanas la idea de que se han mudado al Sahara.   Me despierto al oír unas tonadas, yo que dormía flotando en mi chalupa después que mi barco naufragara. Silencio había porque aquellas olas que así viajan en verano no hacen ruido, más de pronto mis oídos se alertaron a una voz que no sede quien, de donde y ni como, podía en este océano cantar. Naves no había….

Mi cerebro  enfebrecido por las horas, los días y las noches flotando en el mar sin esperanzas de vivir, me hacia ver grande….grande…grande mi vida.  Las realidades de mi vida se unían a galope en el potro del orate para hacerme creer que todo lo fui, tuve y amé  allí tenia,  y que el agua que no tenia era  el licor y las aves que volaban por arriba eran faisanes que cazaba en mis predios y comía… un poco de locura eran mis horas y alegre navegaba yo y mis  velas seguían impulsando mi velero…. ¡Cuan bella era mi vida es esas horas de locura!...Yo venia de conquistar los Siete Mares, los Polos con sus hielos y sus luces; los trópicos sonrientes y los humeantes montoncitos de piedras que hacen islas, todo era mio.  Mujeres licor y mis anclas, danzas de caderas sin dueños, guitarras dormilonas, y bandoneones que al moverse los tacones que rezóngan sin clemencia mientras que  algún saxofón desde la orilla trasera del camino le adulan a las olas de mis mares… es evidente que llevo el vino de la noche en mi cabeza…. Canta  una mujer…

Estoy enloqueciendo… almirante de mi flota y de mis naves  voy  gozoso por los mares, voy soñando…soy feliz en mis adentros y si el mundo penetrara en mis sentidos me vería el rey de los marinos…. Piratas pasan y sus sables destrozo con mis manos  limpias, puertos nuevos con mis blancas velas y anclas de amores que me conquistan por tantas noches, muelles de blancas frazadas que cubren cuerpos que amarme dicen; vayan las horas de besos grises, de besos verdes de amores muchos… vayan los puertos de mis conquistas  y las propinas que esconden almas porque las damos por más placer. Sueño.

Pero deliro; tal vez ya muerto mi cuerpo allí en el bote yace y es el espíritu mio que  al alejarse siente todavía sus carnes y cree que ama y es amado; cree que vive y ya es pasado…. Tal vez…. Tal vez el tiempo se ha detenido sobre una roca allá junto al faro y desde allí vigila mi alma que pasa.

Oigo una voz de mujer, una leve y distante melodía en la distancia… despierto al fin y me froto los ojos tratando de mirar a través del reflejo del sol sobre las olas y de mis sentidos que acelerados ven las cosas como ciertas, donde me veo como era y como sigo sabiendo que lo era, y vivo en el aplauso de los hombres y los brazos de las bellas mujeres por mi mundo de quijote y de aventuras.

Una cola de pez se ve saltando  a la distancia, después hay otra, y hay muchas otras  y todas mías si las quiero, al fin dueño del mar ya soy.  Pero las dudas me asaltan… sueño, estoy soñando; no, tengo fiebre, mi cerebro me engaña,  mi nave surca el cristal bajo un sol fuerte, la sed me está empujando, la mente anda en hamacas…

Se ve apenas con los ojos cerrados y las fibras del corazón vibrando un letrero que saliendo del fondo de los mares me reta: ¿Me cuentas  si existen las sirenas? 

El canto parece de mujer de voz sutil, y abro los ojos, leo, me burlo de mis propios pensamientos, Estoy loco ya, me digo; tengo mucha sed.  Me mojo las manos para que mi cuerpo reciba un poquito de humedad y no morir deshidratado.  Se acerca aún más la voz…

Aléjate, ¿no ves que estoy glorioso navegando por mis mares  a velas, a solas, a la voluntad gozosa de las olas que me acunan con su amor y sus sonrisas?   No te enamores de mi, le canto  ya que su voz música es, pero cual toro embravecido insiste en correr hacia el torero.

Me atrevo a cantar sobre la borda ya mi cerebro anda entre candelas, y acaso ¿qué más bello que una princesita de una reino que ama y por amar pierde al ser amado y al mar se lanza?

No, Señor; ella no ha muerto, una ballena que pasaba y la oyó llorar por amor se la cargó y allá en la isla secreta de sus mares la enseñó a nadar, la adoptó y le fabricó una cola con la tela que una estrella del mar hizo en el cielo y se la trajo envuelta en una perla.

No terminé la historia cantada cuando a mis espaldas sonaba una sonriente vocecita femenina:

¿Busca usted a alguien…?

Loco como estaba sin saber si era  mujer, estrella o diosa  un beso en mejilla le planté…

Mi sueño se hizo largo y luego despierto allá la playa.

Me cuentan las chicharas que fue mucho, que mi bote había llegado sin sus remos y mi cuerpo transportado por  una sirenita  había carenado a la playa en una tarde de verano, casi muerto.

Una ostra que se me hizo buena amiga me contó que muchos escualos en el camino me atacaron, que ballenas y marsopas me rodeaban y que aquella sirenita allí entre todos, luchando contra sus propios amores del pasado, sus perseguidores insensatos de la aguas, los erizos que le clavan sus espinas y los golpes que las olas me daban contra las rocas firmes del arrecife, cargada conmigo que es pesado y herida por mil dardos de las fieras de los mares y los aires, por la playa me cargó.

Nació el amor.  Creo que locura en mi beso descarado hubo;  y locura en sus labios que empezaron a penar porque allí fuera donde el próximo beso yo le diera.

Salvó mi vida, nació el amor; volaron las gaviotas mientras con el día claro en el cielo surgió un arcoíris cual collar de perlas de Mallorca y una vocecita con tono de ballena enamorada comenzó a tararear una tonada aquí a mi lado.

Tuvimos frio. Esa noche allí en la playa cambió el viento, ella no podía vivir  a mi lado fuera del agua ni yo al suyo bajo el mar, pero la distancia, tan cerca y a la vez tan difícil hizo de nuestro amor una sonrisa cruel para acercarnos… Las tormentas se multiplican, las arenas vuelan  a diario y las olas a veces hacen muy difícil oír su canto y a ella difícil leer mis cuentos de princesitas y luces, de

De carnavales en cielo  y de danzas gitanas sobre la nube que nació en la flor.

Y en medio de las espinas, los filos, las olas, las tormentas, las dentelladas y las envidias nuestras dos alma unidas se pasean nadando alrededor de la isla, medio mar y medio arena; algo mio y algo suyo, y los dos un solo mundo…. Dos no más somos ya uno.  Reyes del mar y de las penas, dueños de los reflejos de la luz sobre las olas, espíritus libres  que sabemos nadar, flotar, cantar, amar…  y de la princesita convertida en princesa y el marino aventurero nació en la isla de las blancas arenas y las caracolas que hablan, el amor más grande del reino de los mares….

Y un día sereno en que sobre el arena, mojados, nos amábamos  apareció en la playa un ser que era el Dios mismo.  Por un momento nos miró 

Se acercó sonriente, levantó la mano y nos indicó a las flores con su dedo al que vino a posarse una libélula azul….

Dios tomó mi mano y la unió a la de ella y sobre las dos manos nuestras unidas plantó aquella libélula azul.

Este es vuestro anillo azul

Juradme que os amareis hasta la muerte y más allá de la muerte cuando lleguéis a mi reino en el cielo.  Juramos.

Lo que Dios en cielo une ningún hombre podrá separar

Os declaro por mi fe, marido y mujer

Y os doy esta libélula como el signo de mi buena fe en vuestro amor.

¡AMEN!

No quiero despertar.




La Libélula azul






Las redondas olas sin crestas que recorren a ritmo de vals lento las extensiones del mar en verano arribaban a mis playas rodando juguetonas con las blancas y multicolores ostras que sonrientes las esperaban cual danzarinas sin alas a sus zapatillas mágicas, para jugar.  Sueños de amanecer que las auroras trajeron un  día y que aún son conservados por las gaviotas del norte en sus plumajes de sal… La brisa sopla mortecina apenas moviendo las nubes, y por las arenas de la isla una palmera se luce cual poema en nueva pluma….Hay silencio.  La vida la islita es solitaria; los peces recorren en bandadas los corales en busca de refugio y de alimento, y las aves que de arriba ven los peces bien los cazan.  Cristalina es el agua cercana y verde a la distancia, allá por donde  se alejan los veleros cuando van por las rutas del pirata y la comba azul de cielo toca el agua sin mojarse… El sol se acerca al medio día y calienta un tanto la arenas  de la isla, dándoles a las iguanas la idea de que se han mudado al Sahara.   Me despierto al oír unas tonadas, yo que dormía flotando en mi chalupa después que mi barco naufragara. Silencio había porque aquellas olas que así viajan en verano no hacen ruido, más de pronto mis oídos se alertaron a una voz que no sede quien, de donde y ni como, podía en este océano cantar. Naves no había….

Mi cerebro  enfebrecido por las horas, los días y las noches flotando en el mar sin esperanzas de vivir, me hacia ver grande….grande…grande mi vida.  Las realidades de mi vida se unían a galope en el potro del orate para hacerme creer que todo lo fui, tuve y amé  allí tenia,  y que el agua que no tenia era  el licor y las aves que volaban por arriba eran faisanes que cazaba en mis predios y comía… un poco de locura eran mis horas y alegre navegaba yo y mis  velas seguían impulsando mi velero…. ¡Cuan bella era mi vida es esas horas de locura!...Yo venia de conquistar los Siete Mares, los Polos con sus hielos y sus luces; los trópicos sonrientes y los humeantes montoncitos de piedras que hacen islas, todo era mio.  Mujeres licor y mis anclas, danzas de caderas sin dueños, guitarras dormilonas, y bandoneones que al moverse los tacones que rezóngan sin clemencia mientras que  algún saxofón desde la orilla trasera del camino le adulan a las olas de mis mares… es evidente que llevo el vino de la noche en mi cabeza…. Canta  una mujer…

Estoy enloqueciendo… almirante de mi flota y de mis naves  voy  gozoso por los mares, voy soñando…soy feliz en mis adentros y si el mundo penetrara en mis sentidos me vería el rey de los marinos…. Piratas pasan y sus sables destrozo con mis manos  limpias, puertos nuevos con mis blancas velas y anclas de amores que me conquistan por tantas noches, muelles de blancas frazadas que cubren cuerpos que amarme dicen; vayan las horas de besos grises, de besos verdes de amores muchos… vayan los puertos de mis conquistas  y las propinas que esconden almas porque las damos por más placer. Sueño.

Pero deliro; tal vez ya muerto mi cuerpo allí en el bote yace y es el espíritu mio que  al alejarse siente todavía sus carnes y cree que ama y es amado; cree que vive y ya es pasado…. Tal vez…. Tal vez el tiempo se ha detenido sobre una roca allá junto al faro y desde allí vigila mi alma que pasa.

Oigo una voz de mujer, una leve y distante melodía en la distancia… despierto al fin y me froto los ojos tratando de mirar a través del reflejo del sol sobre las olas y de mis sentidos que acelerados ven las cosas como ciertas, donde me veo como era y como sigo sabiendo que lo era, y vivo en el aplauso de los hombres y los brazos de las bellas mujeres por mi mundo de quijote y de aventuras.

Una cola de pez se ve saltando  a la distancia, después hay otra, y hay muchas otras  y todas mías si las quiero, al fin dueño del mar ya soy.  Pero las dudas me asaltan… sueño, estoy soñando; no, tengo fiebre, mi cerebro me engaña,  mi nave surca el cristal bajo un sol fuerte, la sed me está empujando, la mente anda en hamacas…

Se ve apenas con los ojos cerrados y las fibras del corazón vibrando un letrero que saliendo del fondo de los mares me reta: ¿Me cuentas  si existen las sirenas? 

El canto parece de mujer de voz sutil, y abro los ojos, leo, me burlo de mis propios pensamientos, Estoy loco ya, me digo; tengo mucha sed.  Me mojo las manos para que mi cuerpo reciba un poquito de humedad y no morir deshidratado.  Se acerca aún más la voz…

Aléjate, ¿no ves que estoy glorioso navegando por mis mares  a velas, a solas, a la voluntad gozosa de las olas que me acunan con su amor y sus sonrisas?   No te enamores de mi, le canto  ya que su voz música es, pero cual toro embravecido insiste en correr hacia el torero.

Me atrevo a cantar sobre la borda ya mi cerebro anda entre candelas, y acaso ¿qué más bello que una princesita de una reino que ama y por amar pierde al ser amado y al mar se lanza?

No, Señor; ella no ha muerto, una ballena que pasaba y la oyó llorar por amor se la cargó y allá en la isla secreta de sus mares la enseñó a nadar, la adoptó y le fabricó una cola con la tela que una estrella del mar hizo en el cielo y se la trajo envuelta en una perla.

No terminé la historia cantada cuando a mis espaldas sonaba una sonriente vocecita femenina:

¿Busca usted a alguien…?

Loco como estaba sin saber si era  mujer, estrella o diosa  un beso en mejilla le planté…

Mi sueño se hizo largo y luego despierto allá la playa.

Me cuentan las chicharas que fue mucho, que mi bote había llegado sin sus remos y mi cuerpo transportado por  una sirenita  había carenado a la playa en una tarde de verano, casi muerto.

Una ostra que se me hizo buena amiga me contó que muchos escualos en el camino me atacaron, que ballenas y marsopas me rodeaban y que aquella sirenita allí entre todos, luchando contra sus propios amores del pasado, sus perseguidores insensatos de la aguas, los erizos que le clavan sus espinas y los golpes que las olas me daban contra las rocas firmes del arrecife, cargada conmigo que es pesado y herida por mil dardos de las fieras de los mares y los aires, por la playa me cargó.

Nació el amor.  Creo que locura en mi beso descarado hubo;  y locura en sus labios que empezaron a penar porque allí fuera donde el próximo beso yo le diera.

Salvó mi vida, nació el amor; volaron las gaviotas mientras con el día claro en el cielo surgió un arcoíris cual collar de perlas de Mallorca y una vocecita con tono de ballena enamorada comenzó a tararear una tonada aquí a mi lado.

Tuvimos frio. Esa noche allí en la playa cambió el viento, ella no podía vivir  a mi lado fuera del agua ni yo al suyo bajo el mar, pero la distancia, tan cerca y a la vez tan difícil hizo de nuestro amor una sonrisa cruel para acercarnos… Las tormentas se multiplican, las arenas vuelan  a diario y las olas a veces hacen muy difícil oír su canto y a ella difícil leer mis cuentos de princesitas y luces, de

De carnavales en cielo  y de danzas gitanas sobre la nube que nació en la flor.

Y en medio de las espinas, los filos, las olas, las tormentas, las dentelladas y las envidias nuestras dos alma unidas se pasean nadando alrededor de la isla, medio mar y medio arena; algo mio y algo suyo, y los dos un solo mundo…. Dos no más somos ya uno.  Reyes del mar y de las penas, dueños de los reflejos de la luz sobre las olas, espíritus libres  que sabemos nadar, flotar, cantar, amar…  y de la princesita convertida en princesa y el marino aventurero nació en la isla de las blancas arenas y las caracolas que hablan, el amor más grande del reino de los mares….

Y un día sereno en que sobre el arena, mojados, nos amábamos  apareció en la playa un ser que era el Dios mismo.  Por un momento nos miró 

Se acercó sonriente, levantó la mano y nos indicó a las flores con su dedo al que vino a posarse una libélula azul….

Dios tomó mi mano y la unió a la de ella y sobre las dos manos nuestras unidas plantó aquella libélula azul.

Este es vuestro anillo azul

Juradme que os amareis hasta la muerte y más allá de la muerte cuando lleguéis a mi reino en el cielo.  Juramos.

Lo que Dios en cielo une ningún hombre podrá separar

Os declaro por mi fe, marido y mujer

Y os doy esta libélula como el signo de mi buena fe en vuestro amor.

¡AMEN!

No quiero despertar.




Solo Nunca Más

Mi Ultimo Puerto
Caminé sobre las huellas del fuego que ayer hubo, y senti en mis plantas las quemadas; viví en en extenso mar del sueño y aprendi que mi almohada es una roca, probé lo salado de una lágrima, más salada y más que el mar; arrastré las cadenas de mis anclas por el puerto donde se unen el sueño y la verdad, y clavé el puñal de las distancias en el fondo de mi propio corazón.... Fue la brisa de tus años hoy muy lejos, que impulsaron mis naves aún sin velas.... y las aguas que corrieron del desierto escapando a las arenas al cabo de los tiempos te trajeron a mi mundo de carenas y de naves, que sin remos y sin brazos casi pueden recalar aqui a mis besos..... Te he esperado no se cuanto, pués los siglos de creado el mundo es cuenta que se pierde tallada en una roca en honda cueva y de su historia solo queda en esta tierra una boca que te espera hace mil años y unos brazos prestos a acurrucarte aqui en mi pecho y cargada entre mis sueños lejos irme a soñar nunca más solo....Ver más

ILUMINACION NATURAL. MEMORIAS DE CHINA (I): “Todo empezó por casualidad”


Como ya sabéis Espacio Solar, especialista en Luz natural, hace un año empezó la aventura de entrar en el mercado Chino de la mano de un socio local. Todo empezó una tarde charlando con un amigo que tiene mucha experiencia en China y nos comentó que él podría tener los contactos necesarios para poder empezar con éxito esta aventura Asiática.
Y después de analizar las posibilidades y muchos mails entre Barcelona y Shanghai, decidimos que la oportunidad tenía sentido.


Todo esto pasaba en Marzo 2011 y después de casi un año de burocracia hemos conseguido completar la creación de una nueva empresa SHANGHAI DAYLIGHT SOLUTION  CO, Ltd;  una Joint venture entre Espacio Solar S.L. (57 %) y Metric Engineering Co, Ltd (43%), con sede en Shanghai.
Ya tenemos todas las licencias, que en caso de China son muchas: Licencia de actividad, Licencia para importar/exportar, Certificado de registro de impuestos, Permisos para abrir cuentas, etc…

Hay varios caminos para llevar este papeleo a cabo:
1.   Contratar a las muchas empresas extranjeras y en este caso Españolas que operan en China y que pueden darte este servicio. Suelen caras, pero realizas el espinoso camino acompañado de alguien que domina el idioma y la burocracia China.
2.   Ir por tu cuenta de la mano de tu socio Chino, estando expuesto a las traducciones que te hagan ellos de los múltiples documentos en Chino que hay que firmar. Finalmente este fue el camino escogido, puesto que no disponíamos inicialmente de mucho presupuesto y decidimos correr el riesgo, muy a pesar de las recomendaciones que nos hizo casi todo el mundo de no hacerlo. Para Escoger este camino es muy importante tener mucha confianza en tus socios, y nosotros la teníamos.

Durante estos meses se decidió, entre Chinos y Españoles, que teníamos que empezar la actividad comercial independientemente de no poder, todavía, operar legalmente, utilizando el nombre de Espacio Solar como proveedora de producto y la de Metric como empresa que legalmente podía operar en China.

La verdad es que ha sido muy provechoso dicho trabajo y después de viajar 5 veces a China en menos de 10 meses, hemos logrado entre otros proyectos montar uno de nuestros productos más innovadores, el DEPLOSUN HELIOSTATO en una promoción de lujo en Shanghai del promotor más grande de China a modo de test durante unos meses para que el cliente pudiese compararlo con un competidor Japonés. La luz natural empieza a tener interés entre los promotores.


Hoy estamos negociando con SIEMENS China para instalar nuestros DEPLOSUN Tubos de luz en una de sus nuevas fábricas en Chengdu, en este caso compitiendo con la empresa americana Solatube.

Por lo tanto recomiendo a todo aquél que quiera instalarse en China que se lance y pierda el miedo, pero sobretodo que busque un buen compañero de viaje, que debería de tener entre otras cualidades cierta mentalidad Occidental (o haber trabajado con empresas europeas).