martes, 18 de marzo de 2008

Top five primaveral

Como viene siendo habitual, con la llegada de la nueva estación llega un Top Five. Pero ojo, esta vez viene precedido por una huelga, así que me va a ser super complicado poner 5 nombres.

El top five consiste en enumerar los hombres televisivos que me encantan. La gracia está en no repetir lo que puse en mi primera y en mi segunda lista, que esos ya están en mi corazón para siempre pero hay que renovarse.

Por orden inverso.


4) James Franco (Freaks & Geeks):


Esto más que una renovación parece un revival. A éste lo pillé tarde. Digamos que al chico actuar no se le da muy bien, sin embargo Freaks & Geeks fue su excepción. James Franco debe ser un macarra, debe tener el pelo sucio y llevar una chupa de rastro. Como amigo de Spiderman no funciona. Yo lo odiaba hasta el límite, me parecía malo, flaco y feo. Sin embargo, después de ver la serie, me lo he encontrado en pelis recientes y me ha resultado bellísimo e incluso buen actor. En el Valle de Ellah me gustó hasta rapado, antes de quedarme dormida.

3) Charlie Hunnam (Undeclared)



La huelga tuvo su lado bueno. Descubrimos Undeclared, esa especie de continuación de Freaks & Geeks, que va prácticamente de lo mismo, solo que esta vez los freaks están en la universidad. Éste es el guapo del grupo, es inglés y claro, con esa cara, las tiene a todas enamoradas. A ver si le sigo la pista que no tengo ni idea de qué más ha hecho o hará. Por lo visto sale en Hijos de los hombres y fue uno de los protas de Queer as folk. Por él sería capaz hasta de ver una serie inglesa.


2) David Duchovny (Californication)

Antes de Californication lo odiaba. Pero no quiero hablar de odio sino de amor. Me gustan sus greñas y su ropa, pero sobre todo me gusta su voz y lo bien que insulta. No quiero volver a verlo en otra serie por si acaso. Estamos bien así, limitados.




1) Jon Hamm (Mad men)

Hice el story de mi corto basándome en su cara y ahora ya no puedo pensar en otro actor para ninguna película que haga. Es tan majestuoso que me deja embobada. Es elegante, hermoso, delicado. Fuma mejor que nadie y nunca la gomina sentó mejor a una cabeza. Me gusta verlo triste y me gusta cuando gana. Es el loco de la Avenida Madison y el ser más embriagador del planeta (con el premiso de Julian Mcmahon, que entre la barriga y la alopecia me tiene contenta).